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Dinero público y rendición de cuentas 03-MAR-2009

DINERO PúBLICO Y RENDICIóN DE CUENTAS

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El Universal
Si usted, amable lector, es alto funcionario en una empresa privada, seguramente tiene que alcanzar diversas metas financieras, en términos ya sea de ventas, rentabilidad o crecimiento..

Dinero público y rendición de cuentas


Jorge Buendía

El Universal, 03 de marzo de 2009

Si usted, amable lector, es alto funcionario en una empresa privada, seguramente tiene que alcanzar diversas metas financieras, en términos ya sea de ventas, rentabilidad o crecimiento. Su sueldo, además, tiene un componente variable (bonos) que está ligado a la consecución de estos objetivos. Si no alcanza las metas financieras, no recibe estos bonos y su empleo está en peligro.

En cambio, si usted es un alto funcionario público tiene garantizado sueldo y prestaciones independientemente de su desempeño. Su empleo, además, depende más de su lealtad política que de sus capacidades profesionales.

Esto tiene que cambiar. Es imperativo que empecemos a evaluar a los servidores públicos con criterios de eficiencia y productividad. Sin metas claras y transparentes, difícilmente habrá rendición de cuentas de la clase política y de la alta burocracia.

¿Por qué no vincular los sueldos de nuestros altos funcionarios con el crecimiento de la economía mexicana?

Los sueldos de nuestros funcionarios pueden tener un componente base mínimo y un componente variable (bonos). Los bonos se otorgarían si la economía mexicana prospera y se eliminarían en caso contrario.

De esta forma se ofrecen incentivos para que la alta burocracia coincida en un objetivo común: promover el crecimiento económico.

Para evitar los argumentos de que se responsabiliza a los funcionarios de eventos fuera de su control, se puede utilizar de referencia la evolución de la economía internacional: si México crece un punto por encima del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, la alta burocracia obtiene su bono.

La misma lógica se puede aplicar a los partidos políticos. Hoy el financiamiento público está ligado al tamaño del padrón electoral. El Instituto Federal Electoral (IFE) estima que para 2017 el padrón incluirá a 95 millones de personas, es decir, entre 2009 y 2017 el financiamiento público a los partidos aumentará 22% independientemente del estado de la economía. Aun si el país está en crisis, los partidos políticos tendrán más recursos. País pobre, partidos ricos.

Si vinculamos el financiamiento partidista al crecimiento de la economía mexicana, saldremos del círculo vicioso en el que nos encontramos: más recursos a los partidos aunque no estén cumpliendo con sus tareas.

Se puede ir todavía más lejos. El financiamiento a los partidos también puede ligarse a la participación electoral y no al tamaño del padrón. A mayor participación, mayores recursos a los partidos. A mayor abstencionismo, menos dinero.

Así, los partidos se verían obligados a mejorar su imagen y a involucrar a todos en el proceso electoral. Un esquema de este tipo daría incentivos a los partidos para acercarse a la ciudadanía ya que, de no hacerlo, ésta no acudirá a las urnas.

Hoy día, no hay costos para los partidos políticos (ni para el IFE) por la baja participación. El abstencionismo debe tener un costo económico para los partidos y autoridades que tienen la responsabilidad de promover la participación electoral.